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martes, mayo 10, 2005

“Las palabras, primitivamente, formaban parte de la magia y conservan todavía en la actualidad algo de su antiguo poder. Por medio de palabras puede un hombre hacer feliz a un semejante o llevarle a la desesperación; por medio de las palabras transmite el profesor sus conocimientos a los discípulos y arrastra tras de si el orador a sus oyentes, determinando sus juicios y decisiones. Las palabras provocan afectos emotivos y constituyen el medio general para la influencia recíproca de los hombres. (...)"

S. Freud